No trata la poesía de rimas, pues muchas no llegan ni a ripios malsonantes.
Poesía es la mirada de tus ojos sobre la belleza de la vida, esa risa clara de mi hijo cuando juega feliz, esa mirada de amor, aunque no sea para mí; el suave tacto de esa piel que nunca tendré, el llanto del cielo que, a lo lejos, en el horizonte, se derrama como lluvia sobre la mar; la alegría por el éxito tras un gran esfuerzo, la mirada agradecida de un perro, el cariño de un abuelo, tu anhelo, mi deseo, …
Todo eso y mucho más es poesía.
La poesía de la vida, la misma que quieren destruir los hombres que dejan versos inacabados, segando vidas de otros seres, mujeres, niños, hombres y animales; quedan los versos sueltos, desgarrados por el desamor, por la prosa más vil y la verborrea más difamante.
Estaba preparando esta entrada para publicarla en unos días, pero han vuelto a segar una vida, hoy es Laura, otro día Diana o Rosa. Han destruido muchas vidas, es casi imposible sentir la poesía. Es la hora de la insurrección contra los que quieren destruir la vida, la poesía y el amor.
Nuestra lucha es defender la mirada inocente de ese niño, el verdadero amor, la belleza de tu alma, todo lo bueno de la vida, la poesía que hay en tu interior. Debemos expresar en cada momento esas virtudes, disfrutando y haciendo disfrutar de la vida, de la poesía y del amor.
En todo momento debemos defender a mujeres, niños, hombres y animales, a todas las víctimas de abuso, del odio, del miedo.