En los últimos días del año puede hacerse, como en cualquier otro momento, una revisión de lo experimentado en ese tiempo.
En mi caso, como en la de tantos, hay momentos de todo tipo, circunstancias que se pueden valorar de forma muy diversa. Pero esa no es mi finalidad, no quiero juzgar ni valorar lo que ha ocurrido en ningún momento, mucho menos a ninguna persona. Mi interés radica en apreciar cómo he evolucionado, como he respondido en momentos de todo tipo, como he tratado a los que me rodean y al planeta.
Siento que algo he avanzado, que he salido adelante de la mejor manera que las circunstancias lo permitían, que tengo la fortuna de tener alrededor gente que me hace avanzar, muchos de ellos amables y cariñosos conmigo.
Sé que tengo mucho que aprender, mucho que mejorar. Aunque el sentimiento que predomina en mi corazón es la gratitud por las personas que en algún momento han pasado por mi vida, por los que siguen en ella, por los nuevos, por los animales, por las plantas, por este planeta tan maravilloso, porque todavía tenemos una oportunidad para cuidarlo y no seguir destruyéndolo.
Gracias por la vida.