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Libertad

La palabra libertad se ha convertido en puro marketing, una palabra vacía, un significado engañoso del que hacen uso algunas compañías y algunos políticos únicamente para conseguir aumentar las ventas o los votos.

La verdadera libertad está basada en el conocimiento, el auto conocimiento y la responsabilidad de nuestras elecciones. Pero hoy en día un reducido grupo de personas controlan los medios de comunicación y las redes sociales, haciéndonos ver lo que a ellos les interesa. Nos manipulan y nos guían como a un rebaño.

En primer lugar sólo muestran una pequeña parte de la realidad, lo que a ellos les conviene. Otras miradas independientes o alternativas están vetadas.

Pero, además, no tienen pudor en repetir una y otra vez las mentiras que les convienen hasta que nos las creemos (algo tendrá de cierto dirán muchos).

Así consiguen hacernos creer que somos felices y libres eligiendo entre una plataforma de televisión u otra, entre una marca de ropa u otra, una cadena de supermercados u otra, etc. Cuando en realidad siempre compramos a los mismos. Además lo hacemos en cantidades mayores de las que necesitamos realmente y cosas que tampoco necesitamos.

Nos crean necesidades falsas, nos crean miedos, controlan nuestra manera de pensar, de actuar, condicionan nuestra ideología,… Nos hacen pensar que podemos elegir cuando es falso. Nos permiten elegir un tipo de producto u otro, si tenemos el suficiente dinero. Pero no consumir está descartado, ni siquiera permiten que pensemos seriamente en ello.

Muy poca gente es libre realmente, los que más presumen de esa libertad están esclavizados por el móvil, por el consumismo, por el pensamiento único, por drogas, condicionamientos sociales, por cualquier adicción en la que hemos caído, con ayuda de los que realmente dirigen el mundo (y no, no son políticos) los que tienen el poder económico, esos compran todo lo demás.

Para ser realmente libres necesitamos observar, conocer en profundidad, analizar, reconocer nuestros condicionamientos de todo tipo (sociales, religiosos, ideológicos,…) e intentar ponernos en lugar del otro, tener perspectivas diferentes, escuchar (de verdad), hacernos responsables de nuestras decisiones, tener una mentalidad abierta, sin miedos. El miedo, el desconocimiento y el consumismo son los peores enemigos de la libertad. ¿Estamos realmente dispuestos a ser libres? ¿O es más cómodo dejarnos llevar por la masa (ideologías, medios de comunicación,…)?

Eres libre de elegir. Muchos eligen tener cosas, no tener que pensar, no tener que asumir responsabilidades, dejarse llevar,…

Solo unos pocos tienen el suficiente coraje para defender la verdadera libertad, la libertad de pensamiento propio, autónomo e independiente. Sólo unos pocos están dispuestos a ir contracorriente, a profundizar en su interior para actuar en conciencia desde su verdadero yo.

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Final sin principio

¿Final sin principio? Parece una falacia ¿cómo puede terminar lo que no ha empezado?

Tan fácil como recordar ese sueño que no se puede empezar a materializar por un giro dramático de los acontecimientos.

Ese amor largamente deseado que no empieza por ser múltiples veces ignorado o rechazado.

Esa relación que termina sin haber empezado realmente, pues no estaban el uno con el otro, si no una imagen idealizada de uno con la idea falsa del otro.

Un acto que se anula antes de comenzar.

Un escrito que no se llega a publicar.

Hay innumerables acciones que pueden terminar antes de empezar.

Pero quizás lo más terrible es el final de la vida sin haber llegado a vivirla. Por crear un mundo imaginario, virtual, una fantasía que nos creemos que es la vida. No vivir el presente, si no en lo que puede pasar, en recuerdos reelaborados (inventados), en un futuro que no llega, …

Quizás sea el momento de empezar a vivir en el presente, a amar de verdad. Da igual cuando llegue el final, si has vivido de verdad.